martes, 13 de julio de 2010

MGMT: pop psicodélico en el siglo xxi

“Me iré a vivir a París, me pincharé heroína, y follaré con las estrellas”

Cuando escribieron “Time to pretend”, una parodia del mundillo del rock, los MGMT no se imaginaban que pronto se convertirían en una de las bandas más importantes del planeta y que perfectamente podían ser ellos los protagonistas de esa historia de excesos y caos. Dudo que Andrew Van Wyngarden y Ben Goldwasser hayan escuchado hablar de Pomelo y sus andanzas, pero en esta canción describen, de una manera menos graciosa y con cierto fatalismo, la vida de cualquier estrella de rock: drogas, mujeres, dinero, “vivir deprisa y morir joven” (ahogados por el vómito) y una vida condenados a fingir. Aunque los líderes de MGMT están muy lejos de parecerse a la imagen del rockero promedio. Van Wyngarden, que tuvo que tomar hormonas para el crecimiento cuando tenía 15 años, es una mezcla del personaje que hacía Dustin Hofmann en El graduado (con esa cara de nene no lo dejan entrar a Sunset) y Syd Barret, especialmente por su mirada misteriosa y oscura (y su afición por las sustancias lisérgicas). Goldwasser pasaría desapercibido en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA. Usa unos anteojos culo de botella que, créanme, si intentara levantarse una mina en un bar diciendo que es el tecladista de una banda famosa, ninguna le creería.
Cuando les piden que definan su música ellos dicen que lo suyo no es el entretenimiento. Se niegan a convertirse en una banda pochoclera. Por eso su último disco, Congratulations (2010), sorprendió a muchos, críticos y fanáticos, que esperaban encontrarse con el mismo estilo de canciones hiteras que en Oracular spectacular, primer disco de la banda que los lanzó rápidamente a la fama en 2007 y los puso en oído de todos. Pero no, su último trabajo hace un giro completo con su disco anterior. Las melodías son menos pegadizas (aunque no por eso menos agradables), y es evidente la profundización de sus raíces sesenteras (hay mucho de Syd Barret, Neil Young y Grateful Dead). Hay una búsqueda más introspectiva y psicodélica donde las experiencias con ácidos y hongos tienen mucho que ver. En palabras de los críticos de rock, podemos llamarlo simplemente: pop psicodélico.
Pero MGMT no le vendió el alma al diablo para llegar hasta donde llegó (y no sabemos todavía hasta dónde van a llegar). Andrew Van Wyngarden y Ben Goldwasser se conocieron en la Wesleyan University de Connecticut en 2001 donde ambos estudiaban, aunque pasaban más tiempo zapando y teniendo experiencias con hongos. Luego de un periplo que los llevó hasta Brooklyn, en 2006 firmaron su primer contrato con Columbia, luego que un EP que habían grabado mientras estaban en la universidad llegara a oídos de sus directivos. Pero no por eso dejaron de hacer lo que querían. Sino no sería MGMT (su primer nombre era Managment, aunque de administración no entienden nada, les sienta mejor hacer lo que se les da la gana). Para Goldwasser, incluso, esto es algo pasajero y le gustaría volver a estudiar en la universidad en el futuro. Mientras tanto Van Wyngarden no tiene problema en desaparecer en medio de una grabación e irse a surfear o en perderse en sus excesos. Mantienen vivo el espíritu innovador de los sesenta. Como los Beatles haciendo Revolver y después Sargent Pepper's, no murieron con la fórmula que los llevó al éxito en su primer disco. No hay censura a la hora de meter un tema de doce minutos como “Siberian breaks”, que aparece en su último disco, en esta época en la que el imperialismo del hit y las exigencias de la industria discográfica hacen impensable algo así. Si bien es imposible pensar en un músico que no sea excéntrico o que no tenga cierta actitud de diva (pidieron que hayan cachorros en todos los camarines donde tocaran en su cláusula de contrato; salvo que quieran fumárselos, no se me ocurre para qué), ellos detestan las giras, las entrevistas, son tímidos, no les gusta hablar demasiado, incluso pueden pasar largas temporadas sin pronunciar sonido si les pones alguna sustancia en el café. Aunque no creo que haga falta, es probable que ya esten puestos.
Volviendo a Congratulations. La amplia coctelera de influencias le da un sonido muy particular, aunque es imposible que no te salten a la cabeza bandas que probablemente los influenciaron. Se criaron escuchando los discos de vinilo de sus padres, por eso no es raro encontrarse con canciones como “Lady Dada’s Nightmare”, un instrumental que de una manera extraña es un link a Pet sounds de los Beach boys. O “Flash delirium” donde intentan recrear el clima de las fiestas de secundaria de los años 60, nada que no hayamos visto en las películas, hasta que el clima festivo es invadido por la paranoia de un posible atentado terrorista. Bueno, estos chicos no solo consumen ácido y discos de los 60, estaban en su segunda semana en la universidad cuando fue el atentado a las Torres Gemelas, y en ese entonces cada avión que pasaba podía acabar con la Tierra. El final feliz de “Someone’s missing” nos lleva inevitablemente a los estribillos rimbombantes de Supertrump. Aunque también hay guiños al rock inglés actual, como en el gracioso “Brian Eno”. Sus canciones hablan sobre experiencias con drogas o místicas, o las dos cosas (“It’s working”, “I found a whistle”), sobre la alienación de ser una estrella de rock mientras todos te felicitan y ni siquiera sabes en que andan tus cuentas (“Congratulations”), hay homenajes para sus ídolos (“Brian Eno”, “Song for Dan Treacy”), canciones que hablan sobre la experiencia surrealista de surfear una ola siberiana en Rusia (“Siberian breaks”). Hay música de todos los colores, y es probable que todo se vuelva de colores cuando los escuches. Como los Dirty projectors, Grizzly bear (y Larry David), los sonidos de MGMT se gestaron en las calles de Brooklyn, aunque sus integrantes vengan de otros pagos. A la sombra de los altos edificios de Wall Street, entre yuppies, empresarios y garcas, es extraño que de allí proceda la más maravillosa música del mundo. Mientras los MGMT cantan “vivir rápido y morir joven es nuestra decisión, tenemos la decisión, estallemos ahora”, no podemos hacer más que felicitarlos. Congratulations.

8 comentarios:

mauro klem dijo...

Me gusto la frase del principio, aunque creo que la traduccion es medio chota, parece uno de esas ediciones pedorras españolas que a veces te encajan en plaza italia.
buena banda.. espero q no se tomen demasiado enserio eso de vivir rapido, morir joven.. casos como los de syd barret q apenas nos dejo dos o tres discos, enormes, pero son pocos.. esperemos q su musica siga por muchos años sonando en nuestros oidos..

M.K

El anacoreta dijo...

una mención especial a mi amigo Tomas Murphy que me recomendo esta banda hace un par de meses, asi como tantas otras

Martín Zariello dijo...

Todavía no leí! Pero ayer, no sé por qué, me bajé los discos y cuando escuché el primer tema del primero (que parece que es un demo) pensé: Qué tarde llegué a MGMT. Son geniales los guachitos estos de mierda.

JD dijo...

Estaba en el auto con amigo y dos inglesas. Mi amigo pone MGMT (Kids). Las inglesas se ponen como locas.

manuel b.p dijo...

corvino: los ultimos seran los primeros (?)

JD: usted si que sabe como volver locas a las mujeres

nacho dijo...

Me parece que los agrandas demasiado. Es una buena banda, pero de ahi a lo mejor del planeta hay un trecho largo, lagunas de genialidad.
Igual, congratulations por el post =)

Lisandro Capdevila dijo...

todavía no terminé de engancharme con este disco, pero el primero es genial. Se puede ser pop y no morir en el intento.
saludos!

elbarba dijo...

hacía mucho no entraba al anacoreta. Sin dudas este disco entra en lo mejor del 2010. Pero la música como todo en el arte es una opinión.
Aprovecho para recomendar el disco mount bitte orca, de los diry proyectors + bjork.
un gran saludo y gracias por la mención